El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

domingo, 10 de julio de 2011

Las invasiones bárbaras, de Rémy Arcand



Este film se trata sobre la muerte pero termina siendo un poema a la vida. Cuando un hijo vuelve a casa para las últimas horas de vida de su padre, las diferencias se borran de a poco para dar lugar a la tolerancia y, finalmente, al amor.

Sébastien es un hombre joven que cree tener su vida resuelta en Londres, tiene trabajo y una novia estables, sin embargo siente que algo falta. Hay un elemento de pasión que su padre mencionó toda la vida que él no tiene a sabiendas: desaprueba el daño y desapego de él. Pero cuando tiene que volver a Montreal para despedirse de esa enorme figura que tiene un cáncer terminal y consolar a su madre, las cosas cobran otro color.


Si bien el matrimonio no está junto hace años, en éstos momentos decisivos no pueden no acompañarse y de repente todas las vivencias más importantes de Rémy y sus actores principales, acuden a saludarlo por última vez.

Al estar sumido en un dolor casi insoportable pero no querer seguir en una cama de hospital, un enfermero sugiere a Sébastien que le consiga heroína para poder llevar sus últimos momentos sin tanto sufrimiento y sin perder su esencia: un hombre que ama la vida debe irse al tope de ella. Así es como se encuentra con una joven adicta, quien lo lleva por ese mundo y, al mismo tiempo, le brinda un poco de paz a su padre.


Así aparecen viejos amigos, viejas amantes, personas que se congregan a su alrededor a hablar de la sustancia humana y de cómo el sistema nos ha podrido. Por unos escasos momentos y mientras la droga todavía hace efecto, vuelven a ser jóvenes y tal vez, Rémy hasta se olvida de que va a morir.

Cuando los dos mundos, el de padre e hijo, que parecen tan opuestos, se encuentran, toda muerte puede dar lugar a la redención. De esas raras películas que no nos desvelan por su despliegue técnico o narrativo, pero que tienen la cualidad de ser tan íntimas que uno siente estas espiando la vida de seres reales… es que todos conocemos a algún Rémy y todos en parte somos Sebastién.

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