El cine es un espacio de identificación, de educación, de industria y de arte. Y todo eso, está dentro de este blog.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Amadeus, de Milos Forman



Milos Forman tiene la capacidad de tejer las personalidades de sus personajes principales frente al espectador con maestría y con tiempo. Y siempre a la vista del espectador, que puede intuír el desenlace de su protagonista antes que él. Es el tejedor de tragedias. 

Así es como nos presenta a Mozart: a través de su supuesto rival, Salieri. Si bien es casi imposible que Salieri lo haya sentido como su competencia dado que el primero era un músico instalado en la corte y que fue muy exitoso y ya en su vejez a parece Wolfrang de manera que él estaba ya retirado, lo importante no es esta licencia histórica, sino el fenómeno incomprensible e inalcanzable de traspasar la época de uno y perdurar de una forma casi inmortal.


Presenta el retrato de un músico excesivo, lleno de expresiones casi infantiles y risas histéricas que alcanza a sentir la música de una forma que la composición conmueve al público. Además de esto, un alma creativa pero una frágil mente terminan haciendo de él una presa fácil ya que siempre parece necesitado de afectos ya sea de su mujer, como de su padre, como del público. Es como un rockstar pero perdido en el tiempo. Dicen que cuando uno no puede comunicarse con sus pares, inevitablemente llega a la locura, y Amadeus pudo haber sido amado por las alturas pero no hubo un ser sobre la Tierra que no haya querido vivir de su sangre por haber tenido la arrogancia de destacar y de cambiar el orden de las cosas. 

De una vida desordenada y de gestos un poco histéricos, la construcción de este personaje parece terriblemente cercano al Jack Sparrow de Depp, pero es una buena elección ya que no intenta ser una biopic (película biográfica) sino recrear una serie de situaciones que nos llevan al mismo corazón de la creación de la obra, de la posibilidad de conseguir la inmortalidad.


Un buen maquillaje, un espectacular vestuario, un narrador arruinado y la impecable banda sonora con misa de réquiem hacen el resto. De hecho, si llegaran a conseguir una buena copia, está la opción de verla sólo con la música y sin diálogos, también pensado milimétricamente para que cada nota nos perfore el alma. Una tragedia que se nos teje en el alma. 

2 comentarios:

  1. Es una obra perfecta sobre los celos y la envidia. De mis favoritas sin duda alguna.
    Saludos!

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  2. Hola Daniel, Sí, realmente amén de cualquier licencia histórica, el relato va hasta lo más puro y lo más sucio del ser humano, la creación y la destrucción se encuentran constantemente y es bellísima.
    Milos Forman es, sin dudas, de mis favoritos.

    Un abrazo enorme

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