OK, sí, se que si lo ponemos al lado de Tarantino, de Fincher, de Ridley Scott y otros varios que he agregado a esta lista, parece que estuviera consumiendo algo extraño. Pero no. Amén de la falta de hongos alucinógenos, me puse a pensar en lo que es “el paquete Clooney” y me parecía justo incluirlo en esta sección.
A esta altura del partido, no es sólo un actor, ni es sólo productor. Ha ido adaptándose a la industria, ampliando perspectivas y creciendo a tal punto que nadie puede llamarlo un simple galancito o decir que es sólo una cara bonita. Ha mostrado compromiso, personalidad y carisma en cada una de sus decisiones y por eso su contribución al cine ha sido grande. Nos ha dado mucho del encanto del Hollywood dorado y nos lleva, a mi criterio, a otro cine americano con mucho presupuesto pero algo nuevo que decir.
Clooney, de familia de artistas, descubrió su pasión por la actuación. Lo que me gusta de él como figura pública es que nunca parece reservarse nada. Te va contando de los años que fue mesero, de la cantidad de trabajos espantosos que tuvo para mantenerse, de lo que significa la fama, de todo y con una forma de relativizar todo que hace que no te impacte como un sufrido, sino como el hombre de experiencia.
A partir de E.R. emergencias, se iría forjando su estrella y las ofertas en Hollywood aparecieron tímidas al principio y hoy llueven en su oficina.
Sus trabajos como actores han sido muchos en cine, por lo que tomaré los más emblemáticos a mi criterio, para luego hablar de su rol como productor, como director y como guionista.
En 1997 se sumó a la franquicia de Batman en “Batman y Robin”. Desde que Burton las dejara y las agarrara Schumacher, siempre pienso en él como el asesino del mejor súper héroe. El film es malo y creo que me quedo corta pero lograba reafianzar la imagen de un galán carismático. Aunque no pudiera salvar esta película, Clooney lograba tener respuesta de un público masivo y eso es un momento de quiebre. Dejaba de ser la estrellita de TV para pasar a la pantalla grande.
Por lo pronto, en la presentación de los villanos se le permite demostrar sus posibilidades tiernas ya que el Señor Frío tiene una historia de amor. Aún así, era un Batman muy flojo y muy caricaturesco.
En 1998 trabajaría con Soderberg en “Un romance peligroso”. El film no es demasiado brillante pero empezaría una sociedad con Steven a partir de ella. Los primeros pasos de George en la producción serían en films de él.
En esta peli interpreta a Jack, un ladrón de bancos que es un encanto, lleno de carisma y que es un genio robando. Es condenado a la cárcel por 30 años y planea su escape.
Pero en medio de todo esto, se flecha con una agente que resulta que será rehén. Tiene buen ritmo pero él no había demostrado saber hacer mucho y ella tiene la gracia actoral de una plancha, por más que insistan en llamarla actriz.
Ese mismo año participaría en el film de Mallick “La delgada línea roja”. Con el estilo del director, la película no puede acotarse a un solo tema por lo cual la guerra termina siendo una excusa para una serie de situaciones. El papel de Clooney no se destaca particularmente en un mínimo papel pero empieza a participar en proyectos más interesantes. Terrence no es precisamente un director del mainstream y pudo compartir pantalla con actores reconocidos. De a poquito iba elevando el nivel.
Lo que destaca, a mi criterio, a Clooney por sobre el resto es que ha tomado un carisma natural y ha aprovechado las chances que tenía para dar una carrera distinta. Él no se quedó con los roles típicos ni haciendo solo comedias románticas. Ha ido tomando chances y aprendiendo de la industria.
En 1999 participa de “Tres reyes”. Ambientada en la Guerra del Golfo, otra vez estaría en las trincheras. La ventaja del film por sobre varios de su género es que toma aquello que lograba la serie M*A*S*H, de combinar humor con la situación límite de la guerra. Aquí empezaban a verse sus dotes para la comedia, que sigue siendo mi perfil favorito de George, sobre todo mientras busca oro.
Un año más tarde llegaría “¿Dónde estás hermano?” y empezaría la hasta ahora trilogía con los Coen. Muy al estilo de los directores y guionistas, esta comedia absolutamente absurda está basada en la Odisea (claro, libremente) y termina siendo una ídem para recuperar su dinero después de escaparse de la cárcel. Ya con verlo con esos ojos saltones de paranoico y ese traje a rayas da para una panzada de risas.
Tenemos el problema de que el lugar donde está el tesoro va a quedar sumergido, un viejo sobre las vías del tren que predice el futuro, un bautismo y un poco de folk. Realmente, combinaciones que sólo funcionan en el mundo coeniano.
En el 2000, se subiría al barco para deprimirnos por un rato mientras se enfrentaba en esas olas gigantes. En la piel del Capitán Billy Tyne navega en “La Tormenta Perfecta”.
Como está basada en un hecho real, el final es sabido, lo raro es que cada vez que uno la mira, espera que termine distinto. Por otro lado, su rol es de mediador en la tripulación y el líder absoluto lo que hace interesante para ver la dinámica del grupo.
En el 2001 llegaría “La gran estafa”. Remake de “Ocean’s eleven” de Sinatra y él encarna al mismo personaje que “La voz”. Datos trivia aparte, creo que logró llevar ese ambiente de camaradería que ya tenía el rat pack y terminó de establecerlo como el comediante que sabemos que es. No hablaré de las secuelas porque me parece que no suman mucho ya que son el mismo personaje y las mismas situaciones.
Un año siguiente debutaría como director en “Confesiones de una mente peligrosa”. Con un monumental Sam Rockwell en el papel principal, vemos la historia de un show man de día que de noche pega un par de tiros a tipos malos. La película no es mala, pero se hace densa y está un poco alargada. Clooney se relegó a un papel secundario, lo que también le da algo de distancia para desarrollarla. Se ven buenas intenciones pero no me parece un gran film.
En el 2002 participa en Solaris, de Soderberg, y acá ya era productor. Acá será un doctor en una búsqueda por comprender lo que sucede en una nave, lo que no puede separar es el fenómeno del espejismo y del deseo porque sea real, de los trucos de la mente y de cómo son tan seductores.
No es lo mejor de ambos, pero demuestra, una vez más, el deseo de desarrollarse y crecer, de la tensión y del romance que puede sostener.
En el 2003 vuelve a trabajar con los Coen en “El amor cuesta caro”. Acá mide fuerzas con Catherine Zeta Jones (una de las mujeres más lindas del mundo, para mí) y nos deja a este abogado que es inquebrantable y que tiene una relación amorosa consigo mismo. Ellos dos funcionan mejor que la película.
En el 2005 no sólo vuelve a dirigir, sino que logra una nominación al Óscar como mejor director. Hizo una película basada en hechos reales como si fuera de esa época, en blanco y negro y con planos medios y primeros planos, nos llevan por una época de cacería de brujas. Me costó disfrutarla en toda su magnitud porque cuando la vi en la sala, no tuvieron mejor idea que ponerle subtítulos blancos sobre una película sin colores…pero tomó sus chances y me gustó. Para empezar el casting sumaba a un Robert Downey Junior que hacía tiempo estaba fuera del circuito y a Jeff Daniels en uno de sus mejores roles. La idea es plantear una visión desde un medio y de la presión que sufren como tales en la era de la importancia de la comunicación.
La película es prolija, con un buen ritmo y buenas interpretaciones. Está bien que no haya ganado pero es un buen ejercicio de estilo. Era la primera muestra de que no hay que subestimar a esta cara bonita.
Ese mismo año se estrenó “Syriana”. Su rol en este film le valdría un Óscar por su papel de Bob Barnes. Honestamente, la película tiene mesetas y no siempre es llevadera. Creo que el guión tenía mucho diálogo y un par de cosas que entorpecen el ritmo pero entiendo que el tema lo requiere. Tal vez por esto llegó el reconocimiento.
Un año más tarde volvería a trabajar con Soderberg en “Intriga en Berlín”. Realmente, en el papel parecía más atractiva de lo que fue, pero en conjunto funciona con su mística del blanco y negro y la amante desaparecida.
En el 2008 llega “Quémese después de leerse”, comedia negra absurda genial de los Coen. Amo ese mundo tan ilógico y muero de risa. Una de las mejores interpretaciones de absolutamente todo el elenco, pero Clooney se la roba, con esa expresión paranoica constante y llega de tics. Ese narcisismo que se confunde con seguridad pero resulta ser un pastenaca es genial. Esa escena en la que ella lo mira en el cine a ver si se ríe, es impecable. Un dramatismo y ridiculez que sólo, repito, funcionan en el mundo Coen.
El año siguiente hizo de Ryan en Amor sin Escalas. Ésta película estaba diseñada para él y se luce como ese tipo errático y sin tener demasiado apego a nada, cuya única meta es sumar puntos para seguir viajando y sin conectarse con nada. Cuando lo hace, es un espejismo y en el proceso se abrió a una compañera de trabajo para crear un vínculo personal. La comedia es realmente muy buena y funciona como tal.
Ahora está nominado por su trabajo en “Los descendientes” y se ha aventurado a escribir, actuar y dirigir “Secretos de Estado”.
No es sólo una cara bonita, es un tipo comprometido con su realidad, tiene una agencia de asesoría de imagen que entre muchas cosas ha hecho el diseño de campaña de Obama.
El tema de la política se le da bien y él tiene una postura marcada. Además, nadie puede negar que su capacidad oratoria funciona tan bien como si se tratara de un encantador de serpientes.
Creo que de lo que circula por el mainstream realmente es la figura más completa y que se presenta como un paquete de talento que no puede encasillarse.
Un poco de gusto al Hollywood viejo, hoy en día. Gracias, George.
A esta altura del partido, no es sólo un actor, ni es sólo productor. Ha ido adaptándose a la industria, ampliando perspectivas y creciendo a tal punto que nadie puede llamarlo un simple galancito o decir que es sólo una cara bonita. Ha mostrado compromiso, personalidad y carisma en cada una de sus decisiones y por eso su contribución al cine ha sido grande. Nos ha dado mucho del encanto del Hollywood dorado y nos lleva, a mi criterio, a otro cine americano con mucho presupuesto pero algo nuevo que decir.
Clooney, de familia de artistas, descubrió su pasión por la actuación. Lo que me gusta de él como figura pública es que nunca parece reservarse nada. Te va contando de los años que fue mesero, de la cantidad de trabajos espantosos que tuvo para mantenerse, de lo que significa la fama, de todo y con una forma de relativizar todo que hace que no te impacte como un sufrido, sino como el hombre de experiencia.
A partir de E.R. emergencias, se iría forjando su estrella y las ofertas en Hollywood aparecieron tímidas al principio y hoy llueven en su oficina.
Sus trabajos como actores han sido muchos en cine, por lo que tomaré los más emblemáticos a mi criterio, para luego hablar de su rol como productor, como director y como guionista.
En 1997 se sumó a la franquicia de Batman en “Batman y Robin”. Desde que Burton las dejara y las agarrara Schumacher, siempre pienso en él como el asesino del mejor súper héroe. El film es malo y creo que me quedo corta pero lograba reafianzar la imagen de un galán carismático. Aunque no pudiera salvar esta película, Clooney lograba tener respuesta de un público masivo y eso es un momento de quiebre. Dejaba de ser la estrellita de TV para pasar a la pantalla grande.
Por lo pronto, en la presentación de los villanos se le permite demostrar sus posibilidades tiernas ya que el Señor Frío tiene una historia de amor. Aún así, era un Batman muy flojo y muy caricaturesco.
En 1998 trabajaría con Soderberg en “Un romance peligroso”. El film no es demasiado brillante pero empezaría una sociedad con Steven a partir de ella. Los primeros pasos de George en la producción serían en films de él.
En esta peli interpreta a Jack, un ladrón de bancos que es un encanto, lleno de carisma y que es un genio robando. Es condenado a la cárcel por 30 años y planea su escape.
Pero en medio de todo esto, se flecha con una agente que resulta que será rehén. Tiene buen ritmo pero él no había demostrado saber hacer mucho y ella tiene la gracia actoral de una plancha, por más que insistan en llamarla actriz.
Ese mismo año participaría en el film de Mallick “La delgada línea roja”. Con el estilo del director, la película no puede acotarse a un solo tema por lo cual la guerra termina siendo una excusa para una serie de situaciones. El papel de Clooney no se destaca particularmente en un mínimo papel pero empieza a participar en proyectos más interesantes. Terrence no es precisamente un director del mainstream y pudo compartir pantalla con actores reconocidos. De a poquito iba elevando el nivel.
Lo que destaca, a mi criterio, a Clooney por sobre el resto es que ha tomado un carisma natural y ha aprovechado las chances que tenía para dar una carrera distinta. Él no se quedó con los roles típicos ni haciendo solo comedias románticas. Ha ido tomando chances y aprendiendo de la industria.
En 1999 participa de “Tres reyes”. Ambientada en la Guerra del Golfo, otra vez estaría en las trincheras. La ventaja del film por sobre varios de su género es que toma aquello que lograba la serie M*A*S*H, de combinar humor con la situación límite de la guerra. Aquí empezaban a verse sus dotes para la comedia, que sigue siendo mi perfil favorito de George, sobre todo mientras busca oro.
Un año más tarde llegaría “¿Dónde estás hermano?” y empezaría la hasta ahora trilogía con los Coen. Muy al estilo de los directores y guionistas, esta comedia absolutamente absurda está basada en la Odisea (claro, libremente) y termina siendo una ídem para recuperar su dinero después de escaparse de la cárcel. Ya con verlo con esos ojos saltones de paranoico y ese traje a rayas da para una panzada de risas.
Tenemos el problema de que el lugar donde está el tesoro va a quedar sumergido, un viejo sobre las vías del tren que predice el futuro, un bautismo y un poco de folk. Realmente, combinaciones que sólo funcionan en el mundo coeniano.
En el 2000, se subiría al barco para deprimirnos por un rato mientras se enfrentaba en esas olas gigantes. En la piel del Capitán Billy Tyne navega en “La Tormenta Perfecta”.
Como está basada en un hecho real, el final es sabido, lo raro es que cada vez que uno la mira, espera que termine distinto. Por otro lado, su rol es de mediador en la tripulación y el líder absoluto lo que hace interesante para ver la dinámica del grupo.
En el 2001 llegaría “La gran estafa”. Remake de “Ocean’s eleven” de Sinatra y él encarna al mismo personaje que “La voz”. Datos trivia aparte, creo que logró llevar ese ambiente de camaradería que ya tenía el rat pack y terminó de establecerlo como el comediante que sabemos que es. No hablaré de las secuelas porque me parece que no suman mucho ya que son el mismo personaje y las mismas situaciones.
Un año siguiente debutaría como director en “Confesiones de una mente peligrosa”. Con un monumental Sam Rockwell en el papel principal, vemos la historia de un show man de día que de noche pega un par de tiros a tipos malos. La película no es mala, pero se hace densa y está un poco alargada. Clooney se relegó a un papel secundario, lo que también le da algo de distancia para desarrollarla. Se ven buenas intenciones pero no me parece un gran film.
En el 2002 participa en Solaris, de Soderberg, y acá ya era productor. Acá será un doctor en una búsqueda por comprender lo que sucede en una nave, lo que no puede separar es el fenómeno del espejismo y del deseo porque sea real, de los trucos de la mente y de cómo son tan seductores.
No es lo mejor de ambos, pero demuestra, una vez más, el deseo de desarrollarse y crecer, de la tensión y del romance que puede sostener.
En el 2003 vuelve a trabajar con los Coen en “El amor cuesta caro”. Acá mide fuerzas con Catherine Zeta Jones (una de las mujeres más lindas del mundo, para mí) y nos deja a este abogado que es inquebrantable y que tiene una relación amorosa consigo mismo. Ellos dos funcionan mejor que la película.
En el 2005 no sólo vuelve a dirigir, sino que logra una nominación al Óscar como mejor director. Hizo una película basada en hechos reales como si fuera de esa época, en blanco y negro y con planos medios y primeros planos, nos llevan por una época de cacería de brujas. Me costó disfrutarla en toda su magnitud porque cuando la vi en la sala, no tuvieron mejor idea que ponerle subtítulos blancos sobre una película sin colores…pero tomó sus chances y me gustó. Para empezar el casting sumaba a un Robert Downey Junior que hacía tiempo estaba fuera del circuito y a Jeff Daniels en uno de sus mejores roles. La idea es plantear una visión desde un medio y de la presión que sufren como tales en la era de la importancia de la comunicación.
La película es prolija, con un buen ritmo y buenas interpretaciones. Está bien que no haya ganado pero es un buen ejercicio de estilo. Era la primera muestra de que no hay que subestimar a esta cara bonita.
Ese mismo año se estrenó “Syriana”. Su rol en este film le valdría un Óscar por su papel de Bob Barnes. Honestamente, la película tiene mesetas y no siempre es llevadera. Creo que el guión tenía mucho diálogo y un par de cosas que entorpecen el ritmo pero entiendo que el tema lo requiere. Tal vez por esto llegó el reconocimiento.
Un año más tarde volvería a trabajar con Soderberg en “Intriga en Berlín”. Realmente, en el papel parecía más atractiva de lo que fue, pero en conjunto funciona con su mística del blanco y negro y la amante desaparecida.
En el 2008 llega “Quémese después de leerse”, comedia negra absurda genial de los Coen. Amo ese mundo tan ilógico y muero de risa. Una de las mejores interpretaciones de absolutamente todo el elenco, pero Clooney se la roba, con esa expresión paranoica constante y llega de tics. Ese narcisismo que se confunde con seguridad pero resulta ser un pastenaca es genial. Esa escena en la que ella lo mira en el cine a ver si se ríe, es impecable. Un dramatismo y ridiculez que sólo, repito, funcionan en el mundo Coen.
El año siguiente hizo de Ryan en Amor sin Escalas. Ésta película estaba diseñada para él y se luce como ese tipo errático y sin tener demasiado apego a nada, cuya única meta es sumar puntos para seguir viajando y sin conectarse con nada. Cuando lo hace, es un espejismo y en el proceso se abrió a una compañera de trabajo para crear un vínculo personal. La comedia es realmente muy buena y funciona como tal.
Ahora está nominado por su trabajo en “Los descendientes” y se ha aventurado a escribir, actuar y dirigir “Secretos de Estado”.
No es sólo una cara bonita, es un tipo comprometido con su realidad, tiene una agencia de asesoría de imagen que entre muchas cosas ha hecho el diseño de campaña de Obama.
El tema de la política se le da bien y él tiene una postura marcada. Además, nadie puede negar que su capacidad oratoria funciona tan bien como si se tratara de un encantador de serpientes.
Creo que de lo que circula por el mainstream realmente es la figura más completa y que se presenta como un paquete de talento que no puede encasillarse.
Un poco de gusto al Hollywood viejo, hoy en día. Gracias, George.